La Confederación Española de Policía, sindicato de referencia en la Policía Nacional, ha registrado un escrito a la Comisión de Seguridad y Salud Laboral Policial de la Policía Nacional en la que remarca que no es una novedad que los policías se encuentren cada vez con más violencia en la calle. Un hecho respaldado por la experiencia de los agentes y lo confirman las estadísticas de delitos de atentado, que crecen cada año y que en 2024 han vuelto a alcanzar una cifra récord.
Apuntan que el consumo de bebidas alcohólicas y de sustancias estupefacientes -pero también, en algunas ocasiones, algunas patologías psiquiátricas- es el cóctel perfecto para que cualquier detenido que hacen los policías de los GAC o el GOR se resistan y la emprendan a golpes contra los policías, provocando lesiones con demasiada frecuencia.
Señalan que esa agresividad se extiende a la conducción del detenido a dependencias policiales, quien se niega a que le metan en el habitáculo del vehículo patrulla, se revuelve, patalea con todas sus fuerzas para evitar lo inevitable, golpeando la puerta y el cristal, el cual acaba cediendo si la violencia es extrema. Se conocen casos en los que ha hecho falta la ayuda de unos varios agentes para reducir al detenido, engrilletarlo y, sobre todo, meterle en un coche patrulla. Estos detenidos violentos, hacen lo que sea para obstaculizar el trabajo policial mientras, además, llaman la atención del resto de ciudadanos.
Desde el sindicato CEP han propuesto a la Dirección General de la Policía que se inicie algún tipo de estudio técnico que permita disponer de un sistema de retención que inmovilice las piernas de los detenidos extremadamente violentos para poder trasladarles en el coche patrulla, ya que algunas policías de Estados Unidos, por ejemplo, ya cuentan con un sistema similar a una manta elástica que inmoviliza el tren inferior de cualquier persona, impidiendo que se revuelva, que agreda a los agentes y que dificulte su introducción en el habitáculo de detenidos del vehículo. Permite un traslado seguro para los policías y el detenido y evita los daños en el parque móvil. “Podría ser otro mecanismo, pero el objetivo tendría que ser el mismo: permitir una conducción segura del detenido y anular su agresividad”.
Pero sobre todo, lo más importante, remarcan, contribuiría a mejorar la seguridad y la protección de los profesionales de la seguridad pública como son el GAC y el GOR de la Policía Nacional. “Dos unidades esenciales para la prevención de la delincuencia y la atención al ciudadano. Y que merecen todo el esfuerzo presupuestario necesario para reforzar sus capacidades, medios, formación y protección”, remarcan desde el CEP.
El mismo sindicato policial que hace escasos días recordó públicamente la lluvia de millones que el Gobierno central ha destinando a la financiación de las Policías Autonómicas de Cataluña, País Vasco y Navarra, con una inversión nunca antes vista que alcanza ya los 1.512 millones de euros en los últimos seis años, según los datos oficiales de ejecución presupuestaria de la Intervención General de la Administración del Estado, correspondientes al periodo comprendido entre 2019 y noviembre de 2024.
Denuncian que de esa inyección millonaria, el 91,7% ha tenido como destino final a los Mossos d’Esquadra, de tal forma que ese Cuerpo policial se ha convertido en el principal beneficiario privilegiado de una financiación que contrasta con el desprecio del Ministerio del Interior hacia las principales reivindicaciones de mejora de los derechos profesionales de los policías nacionales.
Un hecho por el cual el sindicato CEP lleva desde abril de 2024 en Conflicto Colectivo real, mientras otras organizaciones sindicales adoptan esta medida de presión, la mayor arma sindical para forzar a la Administración a negociar.