En un duro comunicado los policías denuncian públicamente que “la administración no considera a los policías seres humanos, las buenas palabras se las lleva el viento y lo que importa es la realidad que viven diariamente los policías nacionales de la provincia de Pontevedra, que se sienten y ven como ciudadanos de segunda”.
La Unión Federal de Policía de Pontevedra –UFP-, sindicato policial de referencia en Galicia, remarca que poniéndose en situación se encuentran con unas declaraciones hechas ante los medios de comunicación por el “mayor experto en inmunología del Gobierno de España”, Fernando Simón, diciendo que “la mascarilla FFP2 evita de sobra el contagio, pero que la FFP3 protege más”.
A día de hoy, en la mayoría de los casos y en los puestos de trabajo de las comisarías de la Policía Nacional de la provincia de Pontevedra salir a la calle con una mascarilla FFP2 suministrada por la administración es una misión muy difícil, y la sociedad debe conocer en qué situación está trabajando su policía.
Pues bien, los policías nacionales no hacen su trabajo con un mando a distancia, y para identificar, detener, cachear, sancionar y actuar tienen que estar en contacto directo con la sociedad y con aquellos que intentan socavar las normas y leyes que rigen la convivencia en un estado democrático.
Estos policías van a sus puestos de trabajo sintiéndose abandonados por la administración central al carecer de los medios necesarios y con las máximas garantías de seguridad.
“Y es que la pandemia pudo sorprendernos, y ahí estuvimos nosotros, como sindicato que intenta llegar y proteger a los policías a los que representa, comprando material como pantallas, mamparas, mascarillas y guantes cuando la administración carecía de medios y no los facilita”.
Pero hoy día, después de diez meses, la UFP denuncia que nos encontramos con agentes que vigilan la seguridad de las calles de nuestras ciudades, como son los de Vilagarcía de Arousa, que no se les ha dotado de mascarillas FFP2, y que hasta hace escasos días no tenían a su disposición trajes EPI para tratar con contagiados de coronavirus, y en el resto de las comisarías como las de Pontevedra y Vigo, los agentes salen a la calle por norma con mascarillas higiénicas, teniendo guardadas, como si de un tesoro se tratara, una mascarilla FFP2, “por la situación requiriera su uso en plena pandemia”, un pensamiento irrisorio con lo que estamos viviendo, de ahí que tengan que pagar de su bolsillo mascarillas de esa protección para hacer uso de las mismas a diario y protegerse.
“Basta ya de discriminaciones por parte de la administración, deben facilitar a los policías nacionales de los medios necesarios que garanticen su seguridad”
El presidente de la Xunta Alberto Núñez Feijoo, que a diferencia del Gobierno de España sí catalogó a la policía como colectivo esencial, ofreció al Gobierno los servicios de la comunidad gallega para hacer cribado y PCR a todos los agentes de Policía Nacional, si bien no se han efectuado, pero si se han hecho a guardias civiles, policías locales y a los agentes de la Unidad de Policía Adscrita a la Xunta de Galicia, y ¿por qué no a los policías nacionales?, ¿o para el Gobierno tienen menos valor que los demás?, eso se llama discriminación.
Nos encontramos con agentes que custodian en los calabozos de las comisarías o módulos hospitalarios a detenidos o presos con COVID19, están en primera línea, al igual que los agentes que los han detenido en las calles, pero esos agentes son un colectivo de tercera categoría para recibir vacuna, un hecho que a la fuerza hay asumir, si bien desde la Unión Federal de Policía de Pontevedra –UFP Pontevedra- exigimos que se trate a los policías con el respeto que se merecen y se les dote diariamente de los medios de protección necesarios para hacer su trabajo, como lo son las mascarillas FFP2, y así se puedan proteger ellos, sus familias, con las cuales vuelven a casa una vez finalizada su jornada laboral, y al ciudadano de a pie, con el que forzosamente tienen que interactuar en la calle para hacer cumplir la ley.