Contar con un vehículo supone una gran responsabilidad. Mantenerlo en condiciones óptimas no sólo repercute en nuestra economía o nuestra seguridad en la carretera. También ayuda a proteger al resto de usuarios de la vía pública. Desde su adquisición, un coche exige de un mantenimiento continuado en el tiempo y una supervisión constante por parte de profesionales especializados. No obstante, más allá de ello, pueden producirse incidentes que nos obliguen a tomar medidas o asumir algunas tareas para subsanar, al menos, de forma temporal los errores o desajustes que puedan producirse en determinados momentos.
Al convertirnos en propietarios de un coche necesitamos contar con ciertas nociones para hacer frente a posibles problemas. Rotura de ruedas, fallos en la batería, fundición de fusibles, fallos en el motor o problemas en el sistema eléctrico (por ejemplo, fallos en la centralita electrónica). Este tipo de incidencias pueden solventarse en el momento si se cuentan con los conocimientos necesarios y las herramientas requeridas se encuentran al alcance de nuestra mano.
A continuación, compartimos contigo una selección de herramientas que te ayudarán a solventar este tipo de deficiencias y problemas. ¡Toma nota!
La imagen con las herramientas está tomada del sitio web de autodoc.es
Herramientas imprescindibles que debes llevar en tu coche para hacer tareas de mantenimiento
Gato hidráulico
Es una de las herramientas más utilizadas dentro de cualquier taller. Un gato hidráulico es capaz de generar un gran empuje sirviéndose de un sistema de alta presión. Suele emplearse para manipular cargas relativamente reducidas y cuenta con una estructura que se acciona manualmente o, en su defecto, a partir de motores de pequeño tamaño. Uno de sus principales puntos fuertes es su simplicidad, además, requiere de mínimas necesidades de mantenimiento y presenta un precio de venta bastante asequible. Si se produce un pinchazo, un gato hidráulico puede facilitar enormemente el cambio de rueda elevando el vehículo ligeramente de una forma ágil.
Llave inglesa, allen y de carraca
La llave inglesa es una de las herramientas más útiles. Cuenta con una estructura manual regulable que le permite adaptarse a una gran variedad de piezas. Se emplea para ajustar o extraer tuercas y tornillos.
La variante allen presenta un cuerpo en forma de L y está diseñada para cumplir una función sólo que en tornillos de tipo interior. Su longitud la convierte en una opción práctica para trabajar en zonas más inaccesibles. Su principal limitación es que, al contrario de lo que ocurre con la llave inglesa, no ofrece la posibilidad de regulación manual. En consecuencia, su aplicación queda determinada por su grosor. Por eso, lo más recomendable es tener al alcance de la mano un estuche o lote con diferentes llaves que cuenten con grosores y tamaños variables.
Si buscas una alternativa más ágil y cómoda, puedes recurrir al formato de carraca. Su principal atractivo reside en su capacidad para atornillar o desatornillar piezas a partir de movimientos circulares de 90 grados (siempre que no existan obstáculos que lo impidan o que la zona de trabajo sea poco accesible). Gracias a ello, reduce considerablemente el tiempo de trabajo. Además, cuenta con una gran versatilidad gracias a que cuenta con una estructura flexible compuesta por un mango en donde se insertan diferentes vasos de tamaño variable. Basta con introducirlos en el interior de la estructura para comenzar a atornillar o desatornillar piezas.
Martillo
El martillo puede ser de utilidad en diferentes circunstancias por lo que es recomendable contar con al menos uno al alcance de la mano. Este instrumento manual puede ser una buena opción en el momento de aflojar tuercas, por ejemplo, si se produce un pinchazo y es necesario cambiar una de ellas. Por otro lado, puede ayudar en caso de accidente si el conductor queda atrapado en el interior del vehículo y necesita romper los cristales para abandonar el interior.
Alicates
Los alicates son utilizados para aflojar toda clase de piezas. Además, posee un área provisto de una cuchilla que permite cortar y desenvolver cables, así como cualquier otro tipo de elemento cubierto por una película aislante. Su manipulación es extremadamente sencilla y gracias a sus prestaciones puede ayudarnos a resolver más de un incidente. Lo más aconsejable es optar por el diseño universal, aunque como podrás comprobar, en el mercado existe una amplia variedad de propuestas con diferentes pesos y dimensiones.
Destornillador
El destornillador es fundamental para abordar cualquier proceso de reparación y mantenimiento. Lo más recomendable es contar con, al menos, dos modelos: Un destornillador en punta y otro de cabeza plana. Además, también se comercializan propuestas más versátiles y regulables que poseen un área intercambiable. A partir de ellos, es posible modificar el tamaño del cabezal así como la forma de la punta. Es una alternativa interesante sobre todo porque supone una garantía de disponibilidad y la seguridad de que siempre contaremos con la opción más adecuada para cada pieza.
Linterna
La falta de visibilidad puede convertirse en un obstáculo insalvable durante la manipulación de áreas de nuestro vehículo tales como el motor o los neumáticos. Contar con una linterna nos facilitará cualquier ajuste de reparación (por ejemplo, a la hora de cambiar una rueda) independientemente del lugar en el que nos encontremos o la hora a la que se haya producido el incidente. Por otro lado, contar con una linterna es recomendable porque puede ser de utilidad a la hora de señalizar en caso de que las luces del vehículo se hayan estropeado. Las linternas de luz blanca tienen mayor alcance que las de luz amarillenta. Además existen algunos modelos que presentan un sistema de funcionamiento con manivela. Gracias a esto, impide que deje de funcionar por falta de batería o pilas.
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