Muchas personas están hartas de intentar conseguir un préstamo y no conseguirlo. Quizá haya llegado la hora de conocer unos tipos de préstamos poco conocidos.

Las nuevas formas de financiamiento son ya una realidad. La competitividad, pero también el auge de las entidades crediticias, han hecho surgir tres tipos de préstamos que, por su flexibilidad y características, son cada vez más populares y utilizados.

Cuándo necesitamos un préstamo

Ese momento al final de mes donde el frigorífico ya no funciona, el grifo estalla, la televisión no enciende o el coche se ha quedado sin batería. Pero también esa excursión inesperada, una boda sorpresa o el inicio del curso escolar o las vacaciones.

Cualquiera de estas situaciones, sean al final de mes como en nuestro ejemplo o en cualquier otro momento donde aparece traicioneramente ese gasto inesperado, nos obliga a acudir a un préstamo de una entidad crediticia. El problema es que, o bien no nos lo conceden, o quieren que lo hagamos adquiriendo otros productos financieros o, sencillamente, sus intereses de devolución rozan lo abusivo. Para ello, vamos a conocer unos tipos de préstamo poco conocidos y que nos pueden conceder más fácilmente.

Financiarse sin coste

Cuando hablamos de financiarse sin coste, de lo que estamos hablando en realidad son de préstamos sin intereses. Lo que significa esto, que suena muy bien, es que aquellas personas que se adentran por primera vez a pedir un préstamo, lo reciben sin coste. Por tanto, el dinero que solicitemos tendremos que devolverlo tal cual la cantidad solicitada, sin intereses. Como esta petición suele ser una cantidad humilde, la entidad que nos da el crédito se asegura su devolución fácil y de una vez, y nosotros que cumpliremos con ellos, consiguiendo una primera relación cliente-entidad de gran conveniencia para ambos implicados.

Esta relación consigue confianza mutua, sobre todo de la entidad que da el crédito, abriéndose la posibilidad de que nuestra seriedad haya convencido a la misma para que nos ofrezcan o nosotros pidamos otros productos financieros, etc. El que no se nos pregunte para qué queremos el dinero, dada la baja cantidad, logra que todos los trámites sean más rápidos y que no se haga necesario pedir el préstamo junto con otros productos.

Pidiendo un micropréstamo

Un micropréstamo son créditos gratuitos, o lo que es lo mismo, préstamos gratis. ¿Qué quiere decir esto exactamente? Pues que la entidad que nos concede dicho préstamo lo hace sin que a cambio debamos pagar intereses y/o comisiones de ningún tipo. Esta estrategia es de gran inteligencia por parte de las entidades, puesto que atraen al cliente con esta oferta irrechazable.

Naturalmente, y aunque esto se hace para crear un vínculo cliente-entidad, se nos puede penalizar si no lo devolvemos en la fecha convenida. Muchas, si es la primera vez que se les pide un crédito, dan esta opción, pero luego dentro de cada una las diferentes penalizaciones o servicios específicos serán propias de cada una. Es posible hacerlo online y, tras las gestiones pertinentes, es relativamente rápido.

No necesito mucho: préstamos pequeños

Como se dijo al principio de este artículo, esos gastos inesperados necesitan de una respuesta acorde. Posiblemente, de los tres préstamos este es el más pensado para el gasto imprevisto.

Eso es debido a que conseguir un préstamo 500 euros de modo online suele ser fácil y la cantidad que buscamos, unos 500 euros, sin ser amplia ni muy pequeña, viene a echarnos una mano en el inesperado percance. Esto es así porque las entidades de crédito suelen ofrecerlo online, dado que hablamos de 500 euros como cifra estándar y donde se puede conseguir rápidamente. Por eso son pagaderos a plazos, aun cuando no sea una cantidad muy grande en términos financieros, y cuyos intereses ya dependerán de cada entidad.

Es buena idea, por tanto, comparar las diferentes opciones que cada una nos ofrece, a qué tipo de penalización nos enfrentamos en caso de no pagar o hacerlo tarde, etc.

En conclusión, hemos visto que la necesidad de un préstamo ante un imprevisto es una buena idea. Si los préstamos más solicitados se nos resisten, debemos ir en busca del préstamo perdido, de esas otras modalidades que no se suelen conocer tanto y nos pueden sacar del apuro.

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